World Café: enfoque metodológico

El método World café o “Café Mundial” nació en los Estados Unidos. El “Café Mundial” tiene la intención de producir un debate intensivo en un grupo heterogéneo sobre un tema dado: a través del intercambio activo se aspirar a mejorar el entendimiento común y generar nuevas ideas y soluciones innovadoras u opciones facilitando la toma de decisiones. Esto funciona porque SOMOS MÁS LISTOS JUNTOS QUE POR SEPARADO. Funciona porque el saber y las opiniones de las personas participantes se interrelacionan y se utiliza así la inteligencia colectiva del grupo.  

La idea guía o metáfora del “Café Mundial” es la composición del clima no tenso de un café bulevar, o una terraza, donde la gente esté cómoda y hable de forma informal. Así, los participantes se sientan en grupos de cuatro o cinco en mesas agradablemente dispuestas. Según la experiencia, el ambiente de grupos reducidos (4-5 personas) alienta a las personas participantes a que se interesen entre si, se escuchen, se abran a las opiniones ajenas o difrerentes y prosigan con el intercambio de experiencias y puntos de vista.

Cada subgrupo reciben una sola pregunta, o una secuencia de preguntas en cascada. Se recomienda trabajar con preguntas simples, claras, abiertas y a la vez provocadoras, para animar el debate. Buenas preguntas no apuntan directamente a acciones y soluciones, sino incitan a pensar en nuevas soluciones y posibilidades. Un criterio para evaluar la calidad de las preguntas, es observar la relación entre los participantes, es decir, si prosiguen el debate con interés y energía.

Los participantes se intercambian en las mesas entre 20 y 45 minutos después de trabajar sobre la primera o las dos primeras preguntas. Cada uno cambia de mesa y lleva a las nuevas rondas su entendimiento sobre lo debatido,  como “embajador de opinión” o una abeja que poliniza y es polinizada con diferentes opciones. Solamente uno queda en la mesa anterior que, como “anfitrión”,  recibe los nuevos integrantes (o al revés, la persona anfitriona se desplaza por otras mesas) y comenta lo que se habló en la mesa hasta ese momento. Después el resto de participantes siguen trabajando las preguntas anteriores o nuevas, hasta que venga el próximo cambio de mesas, etc. Las ideas, temas y preguntas comienzan a profundizarse y interrelacionarse. 

Empiezan las sinergias.

Por un lado se relacionan las ideas por el continúo cambio de los grupos, y por el intercambio oral. Por otro, los participantes anotan sus ideas sobre los manteles de papel, los cuales quedan en las mesas. Así las ideas pueden ser leídas y completadas en la siguiente vuelta. Ideas claves se comparten mientras tanto en la plenaria – y se podría apuntarlos en tarjetas de visualización, poniéndolos en paneles para el debate -.

Se ha aplicado este método en empresas, asociaciones, municipios, partidos políticos y otras organizaciones e instituciones, los cuales querían debatir un tema específico. 

Acabo de regresar de dinamizar una sesión de trabajo con 100 personas en las que han reflexionado sobre el futuro de su área. Se trata de profesionales del área de Inspección Médica del Gobierno Vasco que han participado con intensidad en una adaptación de la metodología World Café que hoy os presento en esta entrada.

La metodología del World Café -y la filosofía inherente- se basa  en considerar que los grupos y comunidades humanas siempre tuvieron las conversaciones como forma ancestral  de (i)  comunicarse, (ii)  descubrir, a través del diálogo, significados compartidos, (iii) construir valores e (iv) imaginar futuros deseados.

Por ejemplo, las familias tienen sus conversaciones, especialmente en momentos de alimentación, como un vehículo de transmisión valores, comprensiones e historia familiar y de compartir futuros imaginados para los progenitores y su prole.

Recientemente, estas vacaciones (entre suculentos manjares y espirituosos varios) he podido participar de excelentes conversaciones que han contribuido a elevar mi comprensión sobre diferentes temas y percepciones ajenas y,  a través del diálogo, mi red de apoyo social se ha visto reforzada.

Porque entendemos que las conversaciones son claves para el desarrollo y avance de las personas en las empresas, no nos es difícil considerar una familia como una buena metáfora o representación de cualquier organización.

Desde hace tiempo, diferentes profesionales de consultoría de gestión venimos proponiendo acompañamientos en los que sugerimos dedicar un tiempo de calidad a abrir espacios para que las personas se encuentren y conversen. Por mi parte, este es el enfoque* que suelo proponer y que muestro a continuación (para verlo más grande despliega el menú y pica en View Fullscreen).

* Adaptado de aquí.

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