Coaching para el desarrollo de personas y equipos. 2ª parte: "Ceci n´est pas une pipe"

Mi propuesta de mapa de ruta:
Creo que no existe ninguna manera correcta de poner en práctica el Coaching. Porque el  mapa no es el territorio. En las siguientes líneas propongo un mapa tentativo. Pero ningún mapa puede reflejar la variedad infinita de posibilidades de interacción humana.

1. Suelo proponer que el lugar del Coaching sea externo, que la persona que vaya a participar del coaching se desplace a mis para participar en la sesión. Creo que garantiza una confidencialidad y un distanciamiento más que saludable para movilizar sus capacidades de cambio. Además hay otra ventaja a destacar, que es la de facilitar un ritual de entrada y salida, ya que la persona tiene la oportunidad de prepararse para su Coaching  y de integrarlo de vuelta a sus quehaceres.

2. En este contexto, solicito que el Coaching arranque con el establecimiento de un contrato triangular entre la persona, la empresa y yo misma. Es interesante que la empresa no se encuentre demasiado lejos, que participe de la delimitación de los objetivos y que se encuentre presente en el seguimiento y en la evaluación. El objetivo es que la persona receptora no afloje, que pueda sentirse los suficientemente tensa y retada, en fase de crecimiento y movilizada para su desarrollo.

3. Además de reto, la persona receptora del Coaching encontrará refugio. Mi mirada apreciativa estará al servicio de la persona. Aceptaré la realidad del cliente sin querer cambiarla desde afuera, enfocándose deliberadamente, o poniendo el acento, en aquello que funciona, en lo que está bien y sería deseable que se mantuviera o se ampliara. Realizo permanentemente un esfuerzo deliberado por ponerme en su lugar, indagando para ayudarle a comprender. En estas conversaciones trato reflejar sus percepciones y sentimientos, de modo que pueda profundizar su propia comprensión de la realidad organizacional y personal sobre la que habla. Evito caer en la tentación de dar consejos o vender soluciones prefabricadas. Aún así el foco principal siempre estará puesto en su experiencia directa, tal cual como él  o ella la vive y la siente.

4. Como coach externa, garantizo una gran neutralidad e ingenuidad respecto a las preguntas que planteo. Hago uso de preguntas efectivas, en lugar de órdenes o instrucciones . El objetivo es elevar su conciencia, su responsabilidad y la confianza en si mismo. Al poseer una perspectiva externa, no existen juegos de poder o afectivos sobre las personas que rodean a la persona receptora del coaching. En este punto suelo gastar bastantes energías.

5. Me presento como experta en proceso y no en contenido y mi variedad de experiencias en diferentes organizaciones pueden aportar un punto de referencia que guía el acompañamiento. Intento siempre ser quién soy sin fachadas ante la persona receptora del Coaching. Transmito toda la información relevante de modo veraz y oportuno. Me esfuerzo por lograr una congruencia entre lo que siento, pienso y digo, al menos durante el tiempo en que nos encontremos en contacto. Asumo desafíos para decir lo que pienso aunque ello no sea tal vez lo políticamente correcto. Pongo al servicio de la relación mis propias percepciones y sentimientos. Estoy siempre abierta para contar mi propia historia al cliente e intento siempre mantener en alto la autenticidad con un buen sentido del humor.
No hay mejor manera de hacer que ser. Lao Tzu (filósofo chino) .
6. El mensaje tiene 2000 años y creo que no ha perdido su vigencia. Lo visible, nuestros comportamientos, y los resultados, el hacer y el tener, oculta la importancia de lo invisible. Las personas buscamos los resultados y nos solemos olvidar del proceso, del ser, de  los valores, las creencias, los modelos mentales y sentimientos que están ocultos y que impulsan nuestros comportamientos. En el Coaching al concentrarnos en el ser, surge una mayor actitud para la flexibilidad y la versatilidad necesarias para adaptarnos a los rápidos cambios, mostrando en coherencia comportamientos que nos llevan a obtener resultados. Se trata de cambiar a nivel de SER: sentimientos, valores, creencias y nivel de autoconciencia. Es todo un reto, porque saca a la persona de su zona de confort (habitualidad). Y esto también es aplicable para el profesional del coaching, requiere trabajar primeramente el modelo mental del ‘Aprendiz’ y me hace estar prevenida de la actitud "Sabelo-todo".

Nada es tan sencillo:

Junto a estos condicionantes y  la oportunidad de ser acompañada por una persona desconocida que tal vez no se vuelva a ver, en un marco y lugar definido, protector y retador al mismo tiempo, y “extraño", los resultados que las personas pueden obtener de un Coaching implican una verdadera transformación: modificación de la imagen de sí misma, autoestima más afirmada, puesta en marcha de una aptitud para utilizar, aumentar de valor y desarrollar sus recursos y los de los demás. Sin embargo, nada es tan sencillo, de ello hablaremos más adelante.

Feliz viernes!

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